El remanente de Israel
El AT usa la
palabra “remanente” (š´är , š ë´rît)
para describir tres tipos de pueblo: (1) un remanente histórico, sobrevivientes
de una catástrofe; (2) un remanente fiel que mantiene una relación activa de
pacto con Dios y es portador las promesas de la elección divina; y (3) un
remanente escatológico, constituido por los futuros creyentes fieles del
Mesías, que perseveran hasta el fin de la era de la iglesia y que, en última
instancia, salen victoriosos. El tema del remanente en la Sagrada Escritura se
encuentra en cada libro del AT. Su terminología se usa más de 450 veces solo en
el AT
Salvación del remanente
(10:20–23, 27). El
profeta comienza dando una profecía acerca del remanente. Esta porción puede
considerarse como una exposición del nombre Sear-jasub (7:3). La traducción de
este nombre se encuentra al principio del versículo 21. Históricamente, esta
predicción se cumplió cuando el remanente de Judá regresó de Babilonia después
de los 70 años de cautiverio. Escatológicamente, se cumplirá cuando el Mesías
regrese para establecer su reino. Es el mismo remanente que ya hemos visto en
1:9; 4:2b–6; 6:13 y que veremos en
(10:24–34). En estos versículos encontramos un relato de lo sucedido en 701 a.C. cuando Senaquerib sitió la ciudad de Jerusalén después de haber conquistado todas las ciudades principales de Judá. Su ruta de conquista se halla en los versículos
Remanente fiel
Solo aquellos que
adoraban a Dios de acuerdo a su pacto eran el remanente fiel dentro de Israel. Además
es significativo que el pueblo remanente de Dios que sobrevivió a los Juicios
de Dios en el AT debía de volver con todo su corazón a su Dios del pacto si no
quería caer también bajo el castigo del Juicio de Dios (Deut. 30. 1-3; 2 Rey.
21: 14, 15; 2 Crón. 30: 6). Representativo de esto es el llamado se Zacarías al
remanente de su tiempo: “Volveos a mí, dice Jehová de los Ejércitos y yo me
volveré a vosotros” (Zac. 1:3).
Remanente escatológico
(11:1–12:6). Asiria y
todas las naciones de este mundo desaparecerán, pero el reino mesiánico
permanecerá para siempre. Hay un lapso entre 10:34 y 11:1 que ya ha durado unos
2,700 años y no sabemos cuánto más subsistirá.
Lo que sí sabemos es que el rey davídico
establecerá su reino salvando en forma permanente a su pueblo. Todas las
predicciones de esta porción se cumplirán en el futuro
Salvación del remanente
(10:20–23, 27). El
profeta comienza dando una profecía acerca del remanente. Esta porción puede
considerarse como una exposición del nombre Sear-jasub (7:3). La traducción de
este nombre se encuentra al principio del versículo 21. Históricamente, esta
predicción se cumplió cuando el remanente de Judá regresó de Babilonia después
de los 70 años de cautiverio. Escatológicamente, se cumplirá cuando el Mesías
regrese para establecer su reino. Es el mismo remanente que ya hemos visto en
1:9; 4:2b–6; 6:13 y que veremos en(10:24–34). En estos versículos encontramos un relato de lo sucedido en 701 a.C. cuando Senaquerib sitió la ciudad de Jerusalén después de haber conquistado todas las ciudades principales de Judá. Su ruta de conquista se halla en los versículos
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