domingo, 18 de noviembre de 2012

El Remanente de Israel


El remanente de Israel


El AT usa la palabra “remanente” (š´är ,  š ë´rît) para describir tres tipos de pueblo: (1) un remanente histórico, sobrevivientes de una catástrofe; (2) un remanente fiel que mantiene una relación activa de pacto con Dios y es portador las promesas de la elección divina; y (3) un remanente escatológico, constituido por los futuros creyentes fieles del Mesías, que perseveran hasta el fin de la era de la iglesia y que, en última instancia, salen victoriosos. El tema del remanente en la Sagrada Escritura se encuentra en cada libro del AT. Su terminología se usa más de 450 veces solo en el AT








Salvación del remanente

(10:20–23, 27). El profeta comienza dando una profecía acerca del remanente. Esta porción puede considerarse como una exposición del nombre Sear-jasub (7:3). La traducción de este nombre se encuentra al principio del versículo 21. Históricamente, esta predicción se cumplió cuando el remanente de Judá regresó de Babilonia después de los 70 años de cautiverio. Escatológicamente, se cumplirá cuando el Mesías regrese para establecer su reino. Es el mismo remanente que ya hemos visto en 1:9; 4:2b–6; 6:13 y que veremos en

(10:24–34). En estos versículos encontramos un relato de lo sucedido en 701 a.C. cuando Senaquerib sitió la ciudad de Jerusalén después de haber conquistado todas las ciudades principales de Judá. Su ruta de conquista se halla en los versículos




Remanente fiel

Solo aquellos que adoraban a Dios de acuerdo a su pacto eran el remanente fiel dentro de Israel. Además es significativo que el pueblo remanente de Dios que sobrevivió a los Juicios de Dios en el AT debía de volver con todo su corazón a su Dios del pacto si no quería caer también bajo el castigo del Juicio de Dios (Deut. 30. 1-3; 2 Rey. 21: 14, 15; 2 Crón. 30: 6). Representativo de esto es el llamado se Zacarías al remanente de su tiempo: “Volveos a mí, dice Jehová de los Ejércitos y yo me volveré a vosotros” (Zac. 1:3).


Remanente escatológico

(11:1–12:6). Asiria y todas las naciones de este mundo desaparecerán, pero el reino mesiánico permanecerá para siempre. Hay un lapso entre 10:34 y 11:1 que ya ha durado unos 2,700 años y no sabemos cuánto más subsistirá. Lo que sí sabemos es que el rey davídico establecerá su reino salvando en forma permanente a su pueblo. Todas las predicciones de esta porción se cumplirán en el futuro


 

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